
EL PÉTALO DE “CULTIVARSE”. ENTREVISTA CON DIANA SALGUERO
Cuéntanos sobre ti
Me llamo Diana Salguero, tengo 23 años y llevo un año trabajando acá. Hasta hace algunas semanas trabajé en pos cosecha, en la parte de calidad y de indicadores de procesos.
Yo estudié la escuela al sur mi provincia, Napo, mientras que el colegio lo estudié en Tena. Los últimos dos años entre al bachillerato internacional y después de la graduación obtuve una beca para estudiar agronomía.
¿Por qué te interesaste en la agronomía?
A mí lo que me gusta es un trabajo que me devuelva y me lleve al campo. Inicialmente pensé en estudiar biotecnología ambiental porque me gusta la naturaleza, me gusta trabajar con las plantas y todo lo que sea el campo. Hasta que finalmente estaba postulando a estudiar biotecnología, dentro de las carreras que conocía era la que más me llamaba la atención y de pronto de un momento al otro se presentó la oportunidad. Yo viví en el campo hasta los 8 años, es por eso que siempre me atrajo volver al campo. A pesar de que, en mi ambiente, la palabra o la carrera agronomía no es algo que resalte. Supongo que acá también es algo similar; allá lo que resalta es leyes, medicina, etc.
Me llamaron de mi colegio y me dijeron que había una posibilidad de estudiar becada en Costa Rica, estudiar agronomía y que tenía una semana para presentar todos los documentos. Primero me pregunté si quería estudiar esa carrera, así que busqué más información sobre el tema y saber más sobre la universidad para ver cómo era el ambiente, quería saber qué es lo que iba a encontrar ahí lo cual es realmente complicado saber desde la distancia.
A mediados de septiembre recibí un correo de admisiones de la universidad Earth diciendo que había sido seleccionada para continuar el proceso y que me acerque a Quito para dar una entrevista. Al inicio no lo podía creer, pero me empecé a preparar y saber sobre la modalidad de evaluación para estar un poco lista. Finalmente, fui a dar la prueba y la entrevista donde me fue súper bien. Tuve que esperar 3 meses más hasta que finalmente me escribieron diciendo que había sido aceptada junto con otros 9 estudiantes ecuatorianos.
Mi emoción fue muy grande por poder irme a estudiar afuera y además estudiar agronomía porque me iba a llevar mucho más al campo de lo que podía hacerlo biotecnología. Ahora tenía que convencer a mis papas.
¿Cómo convenciste a tus papás?
Prácticamente a mi mamá nunca la convencí, ella dijo que no quería que me vaya. Mi papa por otro lado dijo que me apoyaba, no estaba de acuerdo sin embargo me apoyó. Compraron mi pasaje aéreo porque la beca no cubría esta parte y con el sí parcial de mi papá fui adelante. Llegue finalmente a Costa Rica en enero del 2012 y fue así como entre en el mundo de la agronomía.
¿Ahora que completaste el proceso, que opinan tus papas sobre el hecho de que estés trabajando acá en la florícola? ¿Qué sienten de que te hayas ido del país?
La finalidad como un total los dejó muy contentos ya que el logro les gusta, pero cuando les mencioné que quiero seguir leyes para conocer y no para ejercer, mi papá me felicitó. Me dijo que esta carrera finalmente me llevaría a la ciudad, le explique que no pensaba ejercer sino apenas aprender sobre las leyes de mi país en mi tiempo libre, no está demás. Se le bajaron los ánimos y mencionó que como ya estaba formada, podría pagar la carrera por mi propia cuenta, pero notó siempre en mi padre ese desaliento por no haber estudiado otra carrera que me lleve a la ciudad.
¿Por qué la aspiración a la ciudad?
Porque ellos son de campo, todos mis hermanos nacimos y vivimos en el campo. Entonces, mi familia ve el campo como un lugar que trabajas para subsistir. Piensan que no puedes hacer dinero en el campo para vivir mejor y ese es un reto que tengo con mi familia. Demostrar que en el campo se puede hacer dinero para tu familia, así como también para otras personas y se pueden hacer fuentes de empleo que genera un impacto social, va más allá de una carrera. Leyes, sin querer menospreciar, siento que es una carrera que trabajas para ti.
Cuéntanos sobre el trabajo que realizas en Florsani. ¿Qué quieres hacer con este rol dentro de la empresa?
Por el momento estoy en una etapa de transición.
Antes del cambio, llegaba a primera hora a revisar la parte de indicadores. Estos sirven para consolidar la información de las flores, este después se almacena en un archivo para que el departamento de ventas pueda hacer su labor. Cuando había inconvenientes me encargaba de analizar, corregir y sugerir cambios para evitar que estos errores perduren.
Actualmente, estoy en el proceso de preparar a otra persona para que realice mi antigua labor mientras que yo trabajó en la parte de ferti-riego y la compostera. Ambos son labores que me encantan a pesar de que estuve en poscosecha un año, donde aprendí sobre la cercanía y compromiso que hay que tener en el ambiente laboral.
El trabajar en un lugar cerrado es completamente diferente que estar en el campo, donde inclusive las emociones se disipan más rápido. En el campo voy a estar con un grupo más pequeño comparado al de poscosecha, esto me permitirá trabajar en el aspecto técnico de mejor manera.
Por otro lado, la compostera es un tema que me encanta ya que no sólo es aplicable en fincas, sino también en tu casa. Saber qué hacer con los residuos y mejorar la gestión de estos residuos para reducir el impacto que tenemos en el ambiente.
Cuáles son tus motivaciones (vida diaria y sobre el futuro)
Mi motivación a corto plazo aquí en la empresa es ver los resultados que se generan en mi ambiente laboral con el trabajo que realizo. Cuando no veo resultados, me desmotivo y me pierdo del camino, pero cuando veo resultados me siento motivada.
Lo que me motiva a largo plazo y constantemente es mi familia. Volver al campo, hacerlo productivo y demostrarles a mis papas que la carrera no fue elegida de manera incorrecta. No es algo que me va mantener viviendo en subsistencia como ellos lo conciben aún, esa es mi motivación a largo plazo.
Cómo sientes que la empresa apoya tu motivación o tus sueños.
Cuando me entrevistaron el gerente de producción y el gerente general (dueño actual), me preguntaron donde me veía en 5 años. Mi respuesta sin dudarlo fue como dueña de mi empresa y me demostraron su apoyo. Diferente al pensamiento de: “estamos invirtiendo en una persona y en 5 años piensa irse”, más bien mostraron apoyo al hacerme sentir que esta motivación de crecimiento era un plus. El ponerse un reto de tener una empresa pequeña, mediana o grande, lo importante es que esta persona tiene una visión a futuro.
No identifico como que, si estuviesen apoyando directamente mis sueños, pero el hecho de que haya dado esa respuesta y este aquí en la empresa, lo veo como un apoyo continuo. No necesariamente voy a producir flores, pero si estoy aprendiendo a trabajar con la gente, manejar los recursos y como ser más eficiente. Para mí, desde que entre, eso es un apoyo directo a lo que quiero hacer a futuro.
¿Cómo crees que el yoga que prácticas en la finca ha impactado tu vida y te ha convertido en una mejor líder con tu equipo?
Pues yo tengo un genio que por medio del yoga lo he podido ir manejando de a poco. Antes de venir acá yo practicaba, meditaba y también hacia más la parte física comparado a lo que se hace acá. El hecho de tener un taller de yoga, me adentro a ver mis debilidades y una de esas es mi temperamento.
Por medio del yoga he podido trabajar directamente en mi debilidad, mi temperamento. A veces en vez de ser activa, suelo descontrolarme y me vuelvo reactiva, que no me gusta y por eso trabajo todos los días sobre eso.
¿Finalmente, cuéntanos como el pétalo de “cultivarse” está presente en tu vida personal y laboral?
Florsani me dejo claro algo sencillo pero difícil de hacerlo para todos. Es no quedarse quieto/quieta, sino que si estas en algo tienes que buscar hacer algo más porque si no empiezas a caer en la comodidad y piensas que todo lo estás haciendo bien. Eso es algo que estoy cambiando aquí en la empresa, me estoy cultivando. Al pensar: ¿bueno, estoy haciendo esto, pero qué más puedo hacer? Aunque no esté directamente relacionado con la carrera o con la empresa, es necesario hacer algo más, algo que te saque de la comodidad. Te pongo un ejemplo: cuando yo me mude a Quito deje de correr, siendo algo que yo amo y hacia todos los días cuando vivía en Malchingui.
Después de un mes sin correr, me obligué a volver hacerlo porque recordé que todo comienzo cuesta y si no cuesta o no lleva esfuerzo, no se obtiene una recompensa al final. Ese es un cambio que ha hecho Florsani en mí, ya que ahora me doy cuenta cuando estoy quedándome en una zona de confort, que debo hacer algo al respecto y seguir “moviéndome”.
El tomar nuevos desafíos para no quedarme quieta, lo aprendí en Florsani.
El cultivarse requiere esfuerzo para salir de la comodidad.