Beyonce nos lo confirmó: las coronas de flores son el nuevo complemento imprescindible
La diva y Rihanna protagonizan sendos números de Vogue y sus fans debaten quién la lleva mejor.
En el mundo de la moda, septiembre es enero. Es el mes en el que todo comienza, la chispa inicial, el big bang. Los desfiles marcarán el rumbo por el que transitarán las tendencias en los próximos meses y las revistas prescribirán qué sí y qué no, qué importa en materia de estilo y qué no lo hace, el punto de partida de la moda como industria y como expresión artística. Por eso el número de septiembre de la revista Vogue -la Biblia de la moda- es el más relevante de todo el año. Tanto, que adelanta su venta a primeros de agosto. Y, en lenguaje de 2018, acaba de romper internet.
La edición estadounidense de la revista saca a Beyoncé en portada, la versión británica hace lo propio con Rihanna. Dos divas que trascienden el campo de su éxito (la música), ambas también, con mensajes muy poderosos. Y las dos entronizadas con dos exuberantes coronas de flores.Ellas, que todo lo convierten en oro, ¿avanzan el regreso de las coronas de flores?
CINCO CORONAS DE FLORES PARA SACAR A LA DIVA DE PORTADA QUE HAY EN USTED
1. Con diadema, para invitadas de otoño.
2. Una firmada por la casa que hace los tocados de Chanel.
3. Un halo romántico y bucólico.
4. Peonías en la cabeza.
5. Para invitadas de otoño.
El número de Beyoncé es relevante por varios motivos. Primero, porque la foto la ha disparado un chico de 23 años, el primer fotógrafo negro en firmar una portada de Vogue desde que nació la revista, en 1892. Su nombre es Tyler Mitchell y es más joven aún que el legendario Irving Penn, que tenía 26 años cuando firmó su primera portada de la revista, en 1943. Mitchell se define como un chico de la generación YouTube y forjó su talento filmando videoclips. Después trabajó con Marc Jacobs y Converse, hasta que Anna Wintour lo descubrió.
En la entrevista, Beyoncé habla sobre su reciente maternidad, la aceptación de su cuerpo y manda un necesario mensaje a la sociedad estadounidense: “Cuando empecé hace 21 años me dijeron que sería difícil para mí conseguir portadas de revistas porque la gente negra no vendía (…) Si las personas en posiciones de poder continúan contratando y seleccionando solo personas que se parecen a ellos, hablan como ellos, provienen de los mismos vecindarios en los que crecieron, nunca tendrán una mejor comprensión de experiencias diferentes a la suya”.
Por su parte, el número de Rihanna también es una declaración de intenciones. Es el primer número de Edward Enninful como editor de la publicación (el primer hombre y negro en dirigirla), que “estaba decidido a que sería algo especial. Además de proporcionar una guía indispensable para la ropa y las tendencias que definirán el otoño de 2018, quería que estas páginas actuaran como un marcador de todo lo que es emocionante y variado sobre los tiempos en que vivimos.
En cuanto a la portada siempre supe que tenía que ser Rihanna. Un intrépido icono de la música y los negocios, nadie como ella sintetiza esa potente mezcla de moda y celebridad. No importa cómo de extraña sea la moda o cuánto de experimental sea la sesión, ella nunca se pierde en las fotos. Ella siempre es Rihanna. Hay una lección para todos nosotros en eso. Sea cual sea la manera en la que usted vaya a vestir en la nueva temporada, sálgase de la norma y sea usted mismo”.
Mientras algunos analizan todo esto, es imposible apartar los ojos de las dos impresionantes aureolas de peonías, rosas, orquídeas y flores maravillosas.
Publicado originalmente en Vanity Fair
Fecha de publicación:07-08-2018