Florsani’s resilience
Una breve historia de la crisis del 2011 versus la situación actual que enfrenta el mundo en el 2020.
Hoy queremos contarles un poco acerca de Luis Flores, un líder que vivió un poderoso cambió después de una crisis que enfrentó en el año 2011. Esta nota tiene como propósito alentar a los lectores que la resiliencia implica reestructurar nuestros recursos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Y no se trata simplemente de terminológia, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo; por que después de la tormenta llega la calma.
Entrevista:
Luis Flores, nacido en Malchingui, una pequeña comunidad ubicada en la región andina del Ecuador, es un hombre de 41 años que trabaja como jefe de campo en Florsani. Su experiencia de 23 años en la industria de las flores lo ha convertido en un líder en la finca y dentro de su comunidad, donde ha superado adversidades y crecido junto con esta empresa que emplea a 1300 familias.
Lucho, como es conocido por sus colegas y familiares, entró a trabajar en la florícola al graduarse del colegio, como lo hacen la mayoría de personas de la región de Malchingui. Al ser un área rural no existen muchas opciones de empleos y, por lo tanto, florícolas como Florsani, contribuyen con el 90% de empleos directos e indirectos en la zona.
La historia de este admirable hombre es muy importante en el legado de Florsani porque en el año 2011 la empresa pasó por una situación muy crítica. Lucho, fue parte de esta crisis que cambiaría la historia de todos en la comunidad y por supuesto de Florsani.
En el 2011, la empresa comercializaba con éxito más del 80% de su producción a un solo cliente, la situación cambió drásticamente de un día para el otro cuando esta empresa internacional se declaró en banca rota y no pago más a sus proveedores, lo que incluía a Florsani. Fue una situación que afectó a miles de personas, como lo comenta Luis Flores. Muchos entraron en depresión, otros decidieron no volver a trabajar con flores y mudarse a áreas urbanas sobresaturadas de personas que terminan ejerciendo en su mayoría, lo que se conoce en el país como trabajos informales.
Sin embargo, no todos se dieron por vencidos y comenzaron rápidamente con el inicio de algo que trascendió las barreras de lo imaginable. Luis Flores nos cuenta lo siguiente:
“Durante el 2011 yo creo que fue un tema de que todos ingresamos a una zona de confort, ya nos ubicamos bien en el mercado y creo que esto fue peligroso para nosotros como productores, porque no pensamos en la gravedad de contar apenas con un solo cliente. Le enviamos toda nuestra producción y el momento que se declaró en quiebra fue un golpe grande puesto a que no teníamos ningún otro lugar para destinar nuestras flores.”
Esta crisis sacó una mezcla de sentimientos en los “Florsanis” de ese entonces y aquellos que perseveraron y fueron resilientes, se hicieron más fuertes:
“Aprendimos a hacernos más fuertes, ha amar lo que teníamos, a sacar provecho de todos esos pequeños detalles importantes que no sabíamos que teníamos; a valorar aún más a nuestra gente y eso permitió que el equipo de trabajo se fortaleciera. Nosotros nos dimos cuenta que los trabajadores que se quedaron eran súper luchadores porque no se permitieron ahogar en pena, sino que empezaron a empujar al resto. Los jefes dejaron de existir y subieron al mando líderes que motivaron al personal de base a seguir en lucha por un bien colectivo.”
Se dice que la resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento. Esto lo confirma Lucho al mencionar:
“Para mí las flores son mi vida y el 2011 fue un golpe que nos afectó a todos. Yo entré en depresión porque mi lugar de trabajo es mi segundo hogar y al principio no sabía cómo manejar la situación. Hasta que un día, la voz alentadora de uno de mis compañeros de trabajo que decía – ¡Vamos a salir de esto! -, cambio mi actitud y me impulsó a optimizar recursos, a ser creativo frente a la resolución de problemas y enfocarme en brindar un mejor servicio a través de nuestros productos. A partir de la crisis decidimos buscar nuevos mercados y nunca más quedarnos en una peligrosa zona de confort.”
Avanzamos al año 2020 y ahora la amenaza es mundial. La enfermedad del COVID-19 además de cobrar vidas, ha provocado un gravísimo golpe en las economías mundiales. Sólo en Ecuador y específicamente en la industria florícola observamos una caída en picada de las ventas al subir las cancelaciones de entregas al 80%. Según datos de Expoflores, institución responsable de velar por los intereses de los floricultores ecuatorianos, más de 120.000 ciudadanos trabajan directamente en esta industria, los cuales más del 60% viven en áreas rurales que dependen 100% de las actividades de negocios de esta industria.
Al preguntar a Luis Flores sobre su criterio de la crisis actual comparada a la del año 2011, comentó lo siguiente:
“Creo que existe una semejanza entre ambas crisis en relación a que debemos unirnos todos para superar esta realidad que afecta al mundo. En el 2011 hablábamos apenas de una crisis que afectó sólo a Florsani. Ahora yo siento que es importante resaltar que la crisis es de todos, es mundial. Tenemos que fortalecernos a través de la unión como un colectivo o una gran familia porque este es un llamado para que todos nos percatemos de lo que es vital o importante para la vida.
Yo nunca había analizado antes el tema del saludo, pero ahora que ya no nos damos ese apretón de manos, pienso lo importante que es el saludar con un gesto tan sencillo como ese. Se me hace extraño no hacerlo más de esta manera porque si algo ocurrió en el 2011 fue que la crisis provocó que lazos de amistad se fortalezcan y se refuercen las medidas que cada uno debe tomar para salir en adelante.
Además, creo que todos debemos reflexionar sobre cuál es nuestro propósito en el ámbito personal, el profesional o inclusive en el holístico, porque es esto es lo que nos permitió salir adelante en el 2011 y nos ayudará hoy a eliminar esta pandemia mundial. La unión y la resiliencia son cruciales durante las crisis y aunque por la pandemia actual no podamos tener contacto con nuestros seres queridos, existen medios como el internet y las llamadas telefónicas que facilitan permanecer a todos conectados durante este difícil momento.
Finalmente, sé que lo más importante es que veamos hacia adelante y no dar ni un solo paso hacia atrás. Si tuviese que dar un mensaje al mundo sería el de que nunca nos rindamos. Siempre tenemos que luchar por ser mejores personas y para alcanzar nuestro propósito.”
En conclusión, queremos que todos nuestros clientes, proveedores, trabajadores y compañeros de industria sepan que saldremos de esta crisis victoriosos por que no pensamos rendirnos. Tenemos la gran responsabilidad como empresa privada y generadores de empleos de encontrar soluciones creativas ante una adversidad que nos enseña de forma más clara aquello que Luis Flores menciona durante la entrevista:
“ La vida tiene momentos buenos y malos. Los buenos se disfrutan y de los malos se aprende. Estamos en una época que debemos aprovechar para valorar lo fundamental para la vida y a unirnos como humanidad. A veces estar encerrados en un pequeño cajón nos permite observar la importancia de los pequeños detalles. ¡Estamos juntos en esto! La crisis y la pandemia van a pasar.”